“Nos llama la atención la actualidad, la modernidad, el horizonte de esa iniciativa, que desde el principio expresa y promueve una Iglesia ‘en salida’. Sí, cuando se está en salida se permanece joven. Si tú estás sentado allí, sin ir, ¡envejeces pronto!”
Francisco destacó que la revista nació para responder a una necesidad del pueblo de Dios, cuando muchos querían leer las historias de los misioneros, sentirse cerca de ellos y de sus obras, acompañarlos con la oración e incluso conocer los países y las culturas de una manera diferente a la más común, que en aquel momento estaba impregnada de “una mentalidad colonial”.
El valor de la comunicación en la misión
Además, el Obispo de Roma rindió homenaje a la memoria del padre Giacomo Scurati, primer director, y a sus colaboradores de aquella época, porque habían comprendido “el valor de la comunicación en la misión en primer lugar, para la propia Iglesia, para ser extrovertida, y estar plenamente implicada en la evangelización”, misionera y evangelizadora.
“Estos pioneros de hace 150 años comprendieron la importancia de dar a conocer los países a los que estaban destinados y la forma en que, en esas tierras lejanas, se producía el encuentro entre el Evangelio y las comunidades locales”
Por tanto – afirmó Francisco – “la revista fue portadora de una visión amplia, abierta a las riquezas de cada pueblo y de cada Iglesia local. Y ésta sigue siendo la vocación de Mondo e Missione, tal como fue ‘rebautizada’ en 1969, para asumir el espíritu y las enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre la misión ad gentes”.
Periferias geográficas y existenciales
Después de recordar que durante muchos años, las cartas y las crónicas de los misioneros restituyeron los contextos y las vidas de las poblaciones con las que entraban en contacto, el Obispo de Roma destacó que “aún hoy, los reportajes y los testimonios directos representan el rasgo más característico” de esta revista, gracias a las historias de lugares o situaciones de las que pocos hablan:
“Las periferias geográficas y existenciales que, en un mundo en el que la comunicación ha acortado aparentemente las distancias, siguen quedando relegadas a los márgenes. Las distancias se han acortado, es cierto, pero las “aduanas” ideológicas se han multiplicado. Por ello, el reto sigue siendo ir allí para dar a conocer la belleza y la riqueza de las diferencias, pero también las numerosas distorsiones e injusticias de unas sociedades cada vez más interconectadas y, al mismo tiempo, marcadas por graves desigualdades”
Ser la voz de los sin voz
Por otra parte, el Papa les dijo que la tarea primordial de su revista es “ser la voz de los sin voz” así como otras iniciativas que el PIME ha impulsado en el ámbito de la comunicación: la agencia AsiaNews, los contenidos multimedia, la presencia en las redes sociales, las actividades culturales y de animación.
Ayudar a reconocer que la misión está en el centro
Se trata – añadió Francisco – de “formas de contar el mundo poniéndose del lado de los que no tienen derecho a hablar o no son escuchados, los más pobres, las minorías oprimidas, las víctimas de las guerras olvidadas.
“Esto es lo que quiero subrayar: las guerras olvidadas. Hoy todos estamos preocupados, y es bueno que lo estemos, por una guerra aquí en Europa, a las puertas de Europa y en Europa, pero desde hace años hay guerras: más de diez años en Siria, piensen en Yemen, piensen en Myanmar, piensen en África. Estas no entran, no son de la Europa culta… Las guerras olvidadas son un pecado, olvidarlas así”
Y también hacer memoria de quienes trabajan silenciosa y tenazmente ‘desde abajo’ para construir un mundo diferente, trazando caminos de solidaridad y reconciliación en contextos marcados por la crisis o la violencia”.
“Sin embargo – prosiguió diciendo el Papa – como revista misionera, Mondo e Missione tiene también otra tarea específica que la caracteriza: la de ayudar a reconocer que la misión está en el centro. Recordar a las comunidades cristianas que, si sólo se miran a sí mismas, perdiendo el valor de salir a llevar la palabra de Jesús a todos, acaban por extinguirse”. A la vez que “también crea diálogo y amistad con quienes profesan otras religiones, reconociéndose como hijos del único Padre”.
“En lo que se sigue considerando “periferias”, los misioneros a menudo descubrieron que el Espíritu Santo había llegado antes que ellos. Los que se habían puesto a evangelizar más a menudo se encontraban con la Buena Noticia. Como los discípulos de Jesús, enviados de dos en dos a predicar entre los pobres y los pequeños, así también los misioneros de ayer y de hoy encuentran con frecuencia la alegría y la vida nueva que el Evangelio es capaz de generar”
“En un mundo desgraciadamente marcado por tantas heridas, ésta es – en definitiva – la razón que después de 150 años impulsa a seguir produciendo una revista como ‘Mondo e Missione’: dar voz a la esperanza que el encuentro con Cristo siembra en la vida de las personas y de los pueblos”
“A menudo los misioneros, en las periferias – concluyó Francisco – descubrieron que el Espíritu Santo había llegado allí antes que ellos”, por lo que es importante “dar voz a las Iglesias jóvenes y en crecimiento, a las comunidades – a veces fundadas por el PIME – que hoy expresan dinámicas nuevas y prometedoras, dóciles al Espíritu