Se inaugura el II Congreso Católico Panafricano en Nairobi

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Desde hoy y hasta el 22 de julio, la sede de la Universidad Católica de África Oriental acoge la iniciativa de la Red Teológica y Pastoral católica panafricana dedicada a la teología, la sociedad y la vida pastoral, cuya primera edición se celebró en el 2019 en Nigeria. El objetivo es promover y conservar las buenas prácticas para la mejora de la Iglesia y la sociedad

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

“Caminar juntos por una Iglesia vital en África y en el mundo”: es el tema del II Congreso Católico Panafricano de Teología, Sociedad y Pastoral que, desde este 18 de julio y hasta el viernes, reúne en Nairobi, Kenia, a más de 80 líderes religiosos y académicos de los cinco continentes. Organizado por la Red Panafricana de Teología y Pastoral católica, el encuentro se celebra en la Universidad Católica de África Oriental y propone reflexiones sobre la sinodalidad, las mujeres, los niños y el futuro de la Iglesia africana con conferencias y talleres.

Mūmbi Kīgūtha, de la secretaría de organización de la Red Teológica y Pastoral Católica Panafricana, explica que el congreso pondrá de manifiesto la riqueza de la Iglesia y del continente africano, ofreciendo una representación inclusiva y acogiendo una diversidad de pensamientos y voces.

Reducir la brecha entre la práctica pastoral y el trabajo académico

Las actas, que pueden seguirse online en el portal dedicado, están promovidas por el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM). Como representantes de la Santa Sede participan Emilce Cuda, cosecretaria de la Comisión Pontificia para América Latina, y el padre Lucio Adrián Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación.

La reunión de Kenia sigue al I Congreso celebrado en diciembre del 2019 en Nigeria. La Red Panafricana de Teología y Pastoral Católica tiene como objetivo salvar la brecha entre la práctica pastoral y el trabajo académico multidisciplinar en el continente africano a través de la escucha de la Palabra de Dios y de las personas, con el fin de inspirar esperanza y fe transformadora y promover, y alimentar, las buenas prácticas para la mejora de la Iglesia y de la sociedad.